jueves, 3 de diciembre de 2009


En un tiempo como el que nos ha tocado vivir, a la vista de la sociedad desnaturalizada en la que coexistimos, del marasmo de amoralidad que nos invade y de los corruptos valores que nos rigen, se duda a cada momento de que pueda existir entre nosotros un ápice de honradez, decencia y honestidad. Pero alguien nos ha dado a todos una tremenda lección: que la bonhomía aún no se ha perdido. Al menos así nos lo ha demostrado con su gesto el murciano D. Abelardo Mingo Depascua quien ayer, a última hora de la tarde y de forma accidental, encontró trabajo en una obra ubicada frente a su domicilio. Y ni corto ni perezoso, sin encomendarse ni a Dios ni al Diablo y sin detenerse a medir las consecuencias de su acto, acudió ipso flauto al encargado con el fin de devolverle lo hallado.

«Yo, ej que no me guhta quearme con ná que no zea mío», declaró el interfecto.

«Flojo. Pero, flojo, flojo, flojo... Qué tío más flojo, por Dios. Pero si nació cansao... Mi hija se ha queao con el tío más flojo que había en tó'l barrio La Fama. Si ej que es como el murciélago, que no apoya el lomo ni para dormir», apostilló su suegra.


[El susodicho, otorgándose un momento de merecido reposo tras la gesta. No sea que se vaya a cansar.]

 

Comentarios

0 comentarios sobre "ENCUENTRA UN TRABAJO... Y LO DEVUELVE"

Publicar un comentario

 

(c) Jerónimo Tristante & Pedro de Paz, 2009