Para empezar ni se llamaba Sisebuto ni pisó Anatolia en su puta vida. Su verdadero nombre era Gaylord Ashword y era natural de Manchester donde trabajaba en una fundición. Era un tipo mujeriego, borrachuzo, que pegaba a sus hijos y que dio mala vida a su santa esposa, Rosemary. Era coleccionista de polvo y quiso ser capador profesional de papapagayos pero fracasó, le faltaba talento. De joven lo echaron de monaguillo por beberse hasta el agua de los jarrones de la sacristía. Lo único parecido en su vida a hacer el bien ocurría cuando se ponía ciego en el pub de su calle y tras subirse a la barra se proclamaba la reencarnación de San Sisebuto de Anatolia, santo inexistente por otra parte. Una vez lanzado se dedicaba a predicar y metía unas palizas verbales de órdago. Le preocupaba especialmente un pecado, la pereza , pese a que él mismo era más gandul que San Onofre, que se tumbó en un ribazo y lo atravesó la junza. Era un plasta. Tal es así que los parroquianos lo sacaban a hostias del bar noche sí y noche también. Eso sí, era muy querido.
-Era un maldito hijo de puta.- declara John Braves, vecino- Lo único que cuando se emborrachaba nos partíamos el culo y le dábamos alguna que otra hostia por pesao. Yo una vez me meé en su pinta e iba tan ciego que se la bebió (risas).
El caso es que el destino quiso que Gaylord hallara su finalidad en esta vida. Tras ser movilizado en la 1ª Guerra Mundial se le envió precisamente a Anatolia donde fue asistente personal y “muy amigo” de Lawrence de Arabia. Seguía con sus insufribles chisperas, así que sus compañeros, hartos de sus prédicas de borracho, le pagaron algo así como doce rondas y tras subirlo en un jeep lo soltaron en mitad de un área desértica donde comenzó a dar berridos pregonando el Evangelio de San Japundino ( también de su invención). Fue capturado por los turcos, claro, que lo creyeron un alto cargo de la Iglesia Anglicana y pidieron un elevado rescate por él. Los ingleses les mandaron dos cajas de caviar y les dieron las gracias. El muy idiota, en sus delirios, logró convertir a algo así como a dos divisiones de choque del Ejército turco, creando el movimiento de los “sisibuteros”, a caballo entre la Iglesia Ortodoxa, el alcoholismo y la Romana, pero en la que se permitía la masturbación diaria optativa y los mocos eran considerada una secreción impura. Fue tildado de machista, en concreto por el segundo mandamiento de su religión que decía: Todas las mujeres son unas putas menos mi madre y mi hermana. Era una buena prenda. Él, según le dijo Dios, podía tener hasta ocho mujeres pero como las turcas le parecían feas sólo tomo dos. Los demás mortales, una o ninguna. Siempre llevaba chanclas pese a que era renuente al lavatorio y le cantaban los pies cosa mal. El peor castigo en su Iglesia era lavarle los pies al profeta. Se les reconocía desde lejos por su tendencia a ir vestidos de amarillo (“No hay camino sin grillo ni hortera sin amarillo") y más ciegos que un Laporta, como su fundador Gaylord Ashword.
El caso es que totalmente borrachos los “sisibuteros” , hartos de que no les permitieran comprar más alcohol pues habían acabado sus existencias, se amotinaron e infringieron a los turcos una de las más vergonzantes derrotas en Shup-ammehd-lah, lo que permitió a los ingleses hacerse con el mítico paso de Dal -ma -sur y acortar la guerra varios años, así como asegurar los suministros de llaves Allen, desodorante y croasanes al Norte de África. De Gaylord, no se supo, más, los últimos testimonios lo sitúan en el harén de un teniente general turco como favorito, aunque otros dicen haber visto su fantasma, absolutamente ebrio por la Península de Anatolia. En cualquier caso su sacrificio no fue en vano.
Una vida, ejemplar.
Comentarios
4 comentarios sobre "VIDAS EJEMPLARES EN PANDEMONIO DE CAOS"
22 de febrero de 2010, 23:10
Para santa Rosemary,un altar tendrían que hacerle.Y al fantasma de sisebuto que le den por culo. La loli.
23 de febrero de 2010, 9:33
Un patriota este muchacho. Deberían hacerle una estatua en Trafalgar Square y patrón de los pubs.
23 de febrero de 2010, 14:02
Esto...¿para apuntarse a esta vida de sacrificio y renuncias, dónde es exactamente?
enrique
23 de febrero de 2010, 20:25
Enrique, las oficinas están justo al lado de las de HPA MMP, mayormente puerta con puerta.
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