[Cada dían tenemos más pirados. No sabemos qué vamos a hacer de seguir así — Leer bajo su propia responsabilidad]
Estimado profesor Hinderberger:
Trabajo en un colegio religioso como profesor aunque soy seglar. Desde hace tres años opté por la vía del celibato voluntario. He yacido con mujeres y no lo echo mucho de menos, además, entre duchas frías, el cilicio y alguna que otra chincheta en los testículos voy aguantando. El caso es que tras tres años sin mancillar mi cuerpo, mis amigos me han dejado, dicen que estoy insoportable, mis alumnos me llaman “el amargao”, me tengo que duchar con traje de neopreno para no tocarme y el otro día se le cayó la grapadora a la secretaria del centro (una vacaburra de 150kg) y al verla agacharse a punto estuve de buscarme la ruina.
No duermo, tengo palpitaciones y por la noche sufro un horrible dolor en el pecho que me da miedo sea un infarto. ¿Puede ser mala la castidad?
Pánfilo Sietemales
Estimado Pánfilo: lo que usted tiene es, por desgracia, normal. De hecho me está usted cantando a la perfección los síntomas de una patología que yo mismo descubrí y que llegó a ser incluida en el prestigiosísimo manual de Fisiología Médica Guyton: “El infarto de calostros” o “Evento cardíaco de Hinderbeger”.
A parte de dejar el Opus, le recomiendo que se alivie (sólo o acompañado) a la mayor brevedad posible —Autovía del Mediterráneo SALIDA 80, local TITI´S, profesional: Inga. Por 30 euros le hace la extracción oral—.
Desde la antigüedad se sabe que si el varón no descarga ciertos fluidos, se pone insoportable y puede llegar incluso a la muerte. Ya lo decía San Celemín de Hipona: “Semen retentum venenum est”. De hecho, esos fluidos que quedan “retenidos”, se van acumulando en el área testicular y degeneran. Debido al bajo ph generado por el exceso de adrenalina en el área, este semen cambia su consistencia de semilíquida a estado de gel, lo que coloquialmente se llaman “calostros” Esta masa semisólida presiona las vísceras hacia arriba empujando el diafragma que compromete la caja torácica, el mediastino y llega a provocar un infarto, la mayoría de las veces, fatal: “El infarto de calostros”
Alíviese buen hombre, alíviese y salve su vida.
PD.- Dado que el mejor método de extracción en estos casos (por ser el menos violento) es la felación, desde aquí quiero animar a todas nuestras lectoras a practicar esta terapia con sus parejas a diario. No porque ellos disfruten, ¡¡¡¡noooo!!!! Si no por conseguir que se conserven sanos y les duren muchos, muchos, años. No me lo agradezcan.
Atentamente,
Augustus Hinderberger, Ph.D.
Estimado Doctor Hinderberger: me llamo Aurora y estoy casada desde hace diez años. Mido 90-60-90 y soy monitora de Aerobic. Una vez tuve un orgasmo, creo. Quiero mucho a mi marido, pero no es lo que se dice un romántico. Cree que los juegos preliminares son la fase previa de las olimpiadas y se va como un mirlo en menos de 14 segundos. Quizá la culpa sea mía. El caso es que hará cosa de dos meses vino a vernos de visita mi cuñado desde Caracas. Son el día y la noche, parece mentira que sean hermanos. Mi marido trabaja a veces en turno de noche y yo, pues me masturbo. Una madrugada mi cuñado se levantó al baño y me vio haciéndolo. Se lanzó sobre mí y me dijo: “Te vi a asé un traje de saliva”.
Ni qué decir tiene que no pegamos ojo y que al día siguiente tuve que comprar “Vaginesil Forte”. Desde entonces soy otra. Mi cuñado volvió a Caracas pero me da igual, me he cepillado al butanero, al del quiosco e incluso a dos testigos de Jehová que vinieron a darme el coñazo. Los de la orquesta de cámara de mi pueblo no paran de llamarme por una noche que pasé con ellos.
Mi Damián comienza sospechar porque el otro día se encontró unos calzoncillos en la cama que no eran de su talla. ¿Qué hago? ¿Soy puta? ¿Ninfómana? ¿Es mi marido un panoli?
¡Por Dios ayúdeme! No puedo soportar el remordimiento y lo peor, el furor uterino. Dice mi ginecólogo que si sigo así me haré polvo la mucosa vaginal. Ayuda, por favor.
Mi estimada Aurora: los remordimientos son como los políticos: no sirven para nada excepto para dar por culo y aguar la fiesta. Mi consejo es que dé usted rienda suelta a su naturaleza lejos de complejos e inhibiciones, pero, sobre todo, lejos de su marido, que un poco estulto sí que parece. Por la cornamenta de su cónyuge no se preocupe. Es como los dientes. Al principio duele cuando salen, pero luego hasta comes con ellos. ¿90-60-90, monitora de Aerobic y aquejada de furor uterino dice usted? No suelo hacer este tipo de concesiones, pero por mera precaución y desde mi filantrópico deseo de ayudar al prójimo le recomiendo que acuda a mi consulta privada para ampliar las referencias y conocer con mayor… profundidad su problema. Contacte conmigo en la dirección de correo electrónico que aparece a la derecha de esta página y ya le indicaré la forma de concertar la cita. Para la efectividad del tratamiento es estrictamente imprescindible que acuda usted pertrechada con taconazos, liguero, una fusta, unas esposas y un antifaz. Le adelanto que quizá se tenga que quedar esa noche a dormir en mi consultorio. No se preocupe. Me sacrificaré en aras de la ciencia.
Atentamente,
Augustus Hinderberger, Ph.D.
Estimado profesor Hinderberger:
Trabajo en un colegio religioso como profesor aunque soy seglar. Desde hace tres años opté por la vía del celibato voluntario. He yacido con mujeres y no lo echo mucho de menos, además, entre duchas frías, el cilicio y alguna que otra chincheta en los testículos voy aguantando. El caso es que tras tres años sin mancillar mi cuerpo, mis amigos me han dejado, dicen que estoy insoportable, mis alumnos me llaman “el amargao”, me tengo que duchar con traje de neopreno para no tocarme y el otro día se le cayó la grapadora a la secretaria del centro (una vacaburra de 150kg) y al verla agacharse a punto estuve de buscarme la ruina.
No duermo, tengo palpitaciones y por la noche sufro un horrible dolor en el pecho que me da miedo sea un infarto. ¿Puede ser mala la castidad?
Pánfilo Sietemales
Estimado Pánfilo: lo que usted tiene es, por desgracia, normal. De hecho me está usted cantando a la perfección los síntomas de una patología que yo mismo descubrí y que llegó a ser incluida en el prestigiosísimo manual de Fisiología Médica Guyton: “El infarto de calostros” o “Evento cardíaco de Hinderbeger”.
A parte de dejar el Opus, le recomiendo que se alivie (sólo o acompañado) a la mayor brevedad posible —Autovía del Mediterráneo SALIDA 80, local TITI´S, profesional: Inga. Por 30 euros le hace la extracción oral—.
Desde la antigüedad se sabe que si el varón no descarga ciertos fluidos, se pone insoportable y puede llegar incluso a la muerte. Ya lo decía San Celemín de Hipona: “Semen retentum venenum est”. De hecho, esos fluidos que quedan “retenidos”, se van acumulando en el área testicular y degeneran. Debido al bajo ph generado por el exceso de adrenalina en el área, este semen cambia su consistencia de semilíquida a estado de gel, lo que coloquialmente se llaman “calostros” Esta masa semisólida presiona las vísceras hacia arriba empujando el diafragma que compromete la caja torácica, el mediastino y llega a provocar un infarto, la mayoría de las veces, fatal: “El infarto de calostros”
Alíviese buen hombre, alíviese y salve su vida.
PD.- Dado que el mejor método de extracción en estos casos (por ser el menos violento) es la felación, desde aquí quiero animar a todas nuestras lectoras a practicar esta terapia con sus parejas a diario. No porque ellos disfruten, ¡¡¡¡noooo!!!! Si no por conseguir que se conserven sanos y les duren muchos, muchos, años. No me lo agradezcan.
Atentamente,
Augustus Hinderberger, Ph.D.
Estimado Doctor Hinderberger: me llamo Aurora y estoy casada desde hace diez años. Mido 90-60-90 y soy monitora de Aerobic. Una vez tuve un orgasmo, creo. Quiero mucho a mi marido, pero no es lo que se dice un romántico. Cree que los juegos preliminares son la fase previa de las olimpiadas y se va como un mirlo en menos de 14 segundos. Quizá la culpa sea mía. El caso es que hará cosa de dos meses vino a vernos de visita mi cuñado desde Caracas. Son el día y la noche, parece mentira que sean hermanos. Mi marido trabaja a veces en turno de noche y yo, pues me masturbo. Una madrugada mi cuñado se levantó al baño y me vio haciéndolo. Se lanzó sobre mí y me dijo: “Te vi a asé un traje de saliva”.
Ni qué decir tiene que no pegamos ojo y que al día siguiente tuve que comprar “Vaginesil Forte”. Desde entonces soy otra. Mi cuñado volvió a Caracas pero me da igual, me he cepillado al butanero, al del quiosco e incluso a dos testigos de Jehová que vinieron a darme el coñazo. Los de la orquesta de cámara de mi pueblo no paran de llamarme por una noche que pasé con ellos.
Mi Damián comienza sospechar porque el otro día se encontró unos calzoncillos en la cama que no eran de su talla. ¿Qué hago? ¿Soy puta? ¿Ninfómana? ¿Es mi marido un panoli?
¡Por Dios ayúdeme! No puedo soportar el remordimiento y lo peor, el furor uterino. Dice mi ginecólogo que si sigo así me haré polvo la mucosa vaginal. Ayuda, por favor.
Mi estimada Aurora: los remordimientos son como los políticos: no sirven para nada excepto para dar por culo y aguar la fiesta. Mi consejo es que dé usted rienda suelta a su naturaleza lejos de complejos e inhibiciones, pero, sobre todo, lejos de su marido, que un poco estulto sí que parece. Por la cornamenta de su cónyuge no se preocupe. Es como los dientes. Al principio duele cuando salen, pero luego hasta comes con ellos. ¿90-60-90, monitora de Aerobic y aquejada de furor uterino dice usted? No suelo hacer este tipo de concesiones, pero por mera precaución y desde mi filantrópico deseo de ayudar al prójimo le recomiendo que acuda a mi consulta privada para ampliar las referencias y conocer con mayor… profundidad su problema. Contacte conmigo en la dirección de correo electrónico que aparece a la derecha de esta página y ya le indicaré la forma de concertar la cita. Para la efectividad del tratamiento es estrictamente imprescindible que acuda usted pertrechada con taconazos, liguero, una fusta, unas esposas y un antifaz. Le adelanto que quizá se tenga que quedar esa noche a dormir en mi consultorio. No se preocupe. Me sacrificaré en aras de la ciencia.
Atentamente,
Augustus Hinderberger, Ph.D.
Comentarios
5 comentarios sobre "CONSULTORIO — EL DOCTOR HINDERBERGER RESPONDE"
3 de febrero de 2010, 15:01
Panfilo,Aurora y el jilderberguer. Con estos rodaría un porno casero de alucine de aquí a los oscars pornos,menudo trio, y si hace falta me apunto pal cuarteto. La loli.Yo creo que lo podríamos rodar en la consulta mismamente y el doctor les haría la terapia y yo la película.
3 de febrero de 2010, 20:39
A mí también me gustaría arropar a la última consultante. Si me haces el favor de darme su dirección, pasaría a arroparla personalmente, aunque viviera lejor. Cualquier sacrificio es poco por el bienestar de los demás, o mejor: por el bienestar de las demás.
3 de febrero de 2010, 22:36
No es mala idea, Loli. Pasaremos la nota al doctor.
Tú lo que eres es un listo, Miguel :-)
6 de febrero de 2010, 12:46
¡Pero qué buenísimos consejos da el Hinder doctor! Espero que los sigan tanto Pánfilo como Aurora, que está muy atinado el doctor Augustus.
La desinteresada oferta de La loli es admirable y tengo que decirle a El Piter que no sé porqué no aprecia igualmente la oferta de Miguel Baquero: a mí tanta generosidad me subyuga y no puedo por menos que admirarla, siendo que para vergüenza propia yo no estoy por la labor...
28 de enero de 2011, 16:36
hahaha yo diria que dejes de ser tan... sin ofender y empiezes a vivir la vida, la verdad no es que tienes q ser malo inmoral ni nada de eso, ademas la moralidad fue inventada por el hombre, si crees en dios, empieza a hacer lo que te gusta.
Publicar un comentario