Como ya denunciamos en este libelo la Feria del Libro constituye una abierta llamada a la violencia. Hace apenas un par de días se produjo una trifulca bestial entre un autor y un lector (click aquí) y ahora, al no haberse actuado a tiempo, las cosas se han salido de madre.
¿Qué puede esperarse de un evento donde un tipo como Carlos Salem ha llegado a firmar siete veces en apenas una semana?
Agapito Fuentelahiguera, de veinte años, actor, se hallaba firmando ejemplares de “Snoopy, the true of a sensible dog” embutido en un enorme disfraz de perro cuando el mundo se le vino encima. Acompañada por su adorable hijita, Cristina Fallarás, autora de novela negra, se personó en la caseta de la librería Ñoño´s para que Snoopy le firmara un ejemplar. El lerdo de Agapito, poco motivado por los 30 euros que iba a percibir por todo un día de trabajo, calor, y retenciones urinarias, rubricó la novela con un lacónico: “Con cariño”
Cristina, destilando paciencia y mesura contestó al fulano . “¿Y para esta mierda dos horas de cola?”
A lo que el puto muñeco repuso con chulería: “Señora, no moleste”
“¿Señora? Señora tu puta madre!!! “ gritó la Fallarás saltando a lo matrix el mostrador para agarrar por la cabeza al figurante que, gracias a la felpa, aguantó los golpes contra la encimera sin que se le reventase el cerebro. De pronto, no se sabe de dónde, surgió un tal Raúl Argemí que, según parece, cohabita con la escritora y armado con un ejemplar de “Los Pilares de la Tierra” que había tomado de la librería, comenzó a sondiñar al muñeco en los cojones que, doblado como un junco, cometió el error de morder a la Fallarás en la muñeca.
Fue en aquel momento cuando, para estupefacción de padres, madres y tiernas criaturas, se sumó a la gresca un tipo al que los testigos presenciales han descrito como “El hermano malo del Malamadre”. Todo indica que era Carlos Salem. Entre los tres, alcanzaron al pobre muñeco, ya en mitad del paseo y a la vista de todos, y la emprendieron a sillazos en el lomo de la criatura que a aquellas alturas, caminaba ya a cuatro patas. Un tal Tristante que apareció por allí es el que más traumatizó a los niños por su violencia. Parece ser que el tío, fuera de sí gritaba” Pero ¿ es sueco? ¿es sueco?”
Antes de perder el conocimiento, el pobre Agapito llegó a contar algo así como una decena de escritores dándole de hostias. ¡Y varios de ellos argentinos!
Destacaron por su brutalidad Pedro de Paz ( qué nombre más poco acertado), Juan Ramón Biedma que llevaba una Black and Decker y un tal Ernesto Mallo, que hasta el momento se había comportado como un caballero. El pobre Agapito se recupera en el hospital donde sigue recibiendo anónimos de un tal Guillermo Orsi, mientras que la policía que tiene claro quién protagonizó la agresión, intenta aclarar, quién y en qué momento, sodomizó al pobre Snoopy mientras que le gritaba “Y pa esto habrás estudiao ocho años de Arte Dramático bujarra”. Qué gentuza.
“Esto es para escritores y no para muñecos. Que se prepare Blancanieves si aparece por aquí” , ha declarado Cristina Fallarás que, al parecer, lidera a estos pobres desgraciados.
Comentarios
15 comentarios sobre "BRUTAL AGRESIÓN A SNOOPY EN LA FERIA DEL LIBRO"
8 de junio de 2010, 19:29
Juas, Juas...el siguiente Garfield y Pocoyo...
8 de junio de 2010, 19:57
Lo del hermano malo del Malamadre, genial.
Por lo demás... joer, si es que los escritores sóis lo puto peor, no se os puede dejar solos. Y todo esto será sin beber.
8 de junio de 2010, 22:05
Eso... Tú da nombres y a pellidos, que al final nos van a enchiquerar a todos pero bien.
Oye, al final, ¿quién fue el sodomita? Porque en medio del tumulto no tuve ocasión de fijarme.
9 de junio de 2010, 0:42
creo que uno con un pañuelo
9 de junio de 2010, 8:40
9 de junio de 2010, 8:48
Los agresores son unas probes víctimas de la ESO. Un respeto, la culpa es de los padres, que querían que leyeran a Homero, y luego pasan estas cosas...
9 de junio de 2010, 8:49
En fin, tras haberme pasado por el Doce de Octubre, he comprobado el estado en el que dejamos a Agapito. Buen trabajo. El enculador, que ya dará la cara, consiguió desgarro anal. El desgraciado, parece haber enloquecido tras la paliza, pues desde que ingresó sólo se le oye murmurar: "que me traigan un traje de lagarterana, que me traigan un traje de lagarterana".
9 de junio de 2010, 9:55
El que diga que yo le di por culo al puto perro peludo es un mentiroso. ¡Nunca lo hice, ni lo volveré a hacer!
9 de junio de 2010, 9:58
DOY FE RAÚL, NOSOTROS SOMOS "MACHOS PROBADOS"
9 de junio de 2010, 12:06
Haya paz, amigos, haya paz, y no la de Pedro. No sé si lo de la zoofilia es a causa de ser escritor, si está en el mismo gen o algo así, pero el caso es que yo no le encuentro el punto al chucho de Charlie Brown.
Eso sí, dado que es el año de los suecos, como pille a alguna zagala vestía de Pipi Langstrum… esa no va a llevar frío, vaya que no. Le voy a hacer el cucutrás tantas veces que ríete tú del desgarro que le ha hecho el pirata Garrapata del Salem.
Y bueno, si luego hay que ir a la trena, todo sea por vengar a tres generaciones de niños traumatizados, yo me pido vagón de cola, que nos conocemos, que aquí, además de vicio, hay mucha pluma, y no estilográfica precisamente.
Qué grande la entrada, Jero. Un abrazo, nos vemos el sábado:
Sergio
P. D. El otro día Vi a Perales y me mandó recuerdos pa´ vosotros.
P. P. D. ah, y besitos de parte de la ET, dice que volváis cuando queráis, que su casa es vuestra casa.
9 de junio de 2010, 12:48
Desde luego, hay que joderse. Y pensar que en mi paso por la Feria del Libro estuve charlando con varios de los implicados en el incidente... La próxima vez no sólo no los saludaré, sino que les daré esquinazo. Gente de mal vivir es lo que son todos esos que se dicen escritores. Si ya decía yo que el del pañuelo tenía unas pintas muy sospechosas, sobre todo al lado de uno con un sombrero Panamá que se hace llamar José Luis Muñoz aunque me temo que el nombre es falso.
Qué pena ver a de Paz y a Tristante, en otro tiempo buenos muchachos, enloquecidos por la Literatura. Lo que hay que ver...
9 de junio de 2010, 13:52
Que sí, Paco, que sí, enloquecíos es la palabra.
9 de junio de 2010, 21:11
Hostía, amigo, he visto lo del primer incidente y me ha hecho mucha ilusión. En este yo creo que habeís traspado los límites de la crueldad, porque darle a un tío un kenfolletazo en todos los huevos, eso tiene que doler...
9 de junio de 2010, 21:12
¡¡Ya te digo que si duele!! Acabo de hacer la prueba, a mí siempre me gusta verificar lo que digo
9 de junio de 2010, 21:22
Vaya!, el que faltaba por aquí, el Sergio. Y luego hablan de degeneraos.
Ya te vale, Miguel. El empirismo te va a matar un día de estos.
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