CONSULTORIO DEL DOCTOR HINDERBERGER
Estimado profesor Hindermayer, creo que puedo tener un pequeño problema de índole sexual, así que, con su permiso, me dispongo a consultarle. Me llamo A.D. y cuando me levanto por las mañanas me encamino a la ducha y allí, me masturbo a lo “American Beauty”.
Después de esto, comienzo el día relajado y tomo el coche hasta mi trabajo. Si hay atasco me masturbo de nuevo- dos veces- para matar el tiempo fundamentalmente. Una vez en la oficina, tras revisar lo que hay pendiente, me voy al baño y me la casco. Trabajo hora y media, y en la pausa del almuerzo me masturbo en el baño de la cafetería. A la hora de comer- siempre en el mismo restaurante- me la pelo en los aseos y cuando llego al curro de nuevo, me encierro en el despacho, descanso un poquito y me doy una gallarda a lo relajao, vamos, rollo Zen y eso.
Cuando salgo del trabajo a las seis me voy al gimnasio donde, en la ducha, también me la machaco, otra pajilla más si hay atasco y antes de acostarme otro par pa dormir a gustito. Necesito hacerlo porque me acuesto indignado ya que mi mujer me presiona constantemente para que hagamos el amor, me indigna que no entienda lo cansado que llega uno a casa tras ganarse el pan con el sudor de su frente. En fin.
El motivo de mi consulta es el siguiente, comienza a salirme un leve sarpullido en el glande y tengo la mano derecha encallecida, ¿es normal? El hermano Hilario decía que si te la meneabas mucho te quedabas sordo o ciego!!! ¿Qué hago? ¡Ayúdeme Hinderpoller!
RESPUESTA
Estimado subnormal:
En primer lugar estoy hasta los cojones de que me llamen ustedes cosas como "Hindemaker", "Brunderberg", "puto nazi" y lindezas semejantes. Me llamo Hinderberger, ¡HINDERBEGER IMBÉCIL!
Una vez aclarado este punto paso a contestarle: “¿Un pequeño problema?” “¿Un pequeño problema?” .....memememem.......Está usted pa encerrarlo en el Manicomio y tirar la llave. Se la pela usted más que un mandril y de no poner solución va usted de cabeza a la hecatombe. Debo comunicarle que padece usted el tristemente conocido como Síndrome Magano que requiere inmediato ingreso en el Psiquiátrico, sedación, dosis elevadas de bromuro y camisa de fuerza para evitar que el paciente se la casque. El último caso que se dio en España -un tal Gómez Escribano, creo- fue de congreso médico, un tío que se la cascaba hasta leyendo a Suso del Toro. Ya ve usted.
Si bien es un hecho probado que el “amor propio”, onanismo, “todos contra el calvo”, “cinco contra uno” o darse gallardas como se dice en la calle, es hasta bueno para el organismo- recordemos el viejo aforismo de san Agustín Expósito “Semen retentum venenum est”- no quiere decir que haya que pasarse. De ahí a pelársela como un adolescente encerrao en los Salesianos hay mucho trecho.
“Un sarpullido…” , “¿Mano encallecida?” “¿Quedarse sordo?”, Demasiado poco te va a pasar, imbécil, salido de mierda ¡para! ¡para inconsciente! Lo que puedo asegurarte pringao es que se te van a descalcificar los huesos.
Aquí te dejo el teléfono de la Consejería de Sanidad de Madrid, sección convulsos: 9122222227222. O en su defecto el de TELEPAJA 9002222222222227 , pregunta por Brandon.
Gracias, no escriba más.
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Hace 12 horas
Comentarios
6 comentarios sobre "HINDERBERGER RESPONDE"
8 de julio de 2010, 7:44
En Mexico le decimos tambien: 'pelar el chile', 'hacerse una chaqueta', 'darle la mano al presidente', 'jalarle el cuello al ganso', etc.
8 de julio de 2010, 11:31
La Literatura es lo que tiene, que te conduce entre lindas historias escritas con bellas palabras al onanismo. Yo logré curarme con una cuidada medicación administrada en el Alonso Vega y, por supuesto, alejado de los libros. Pero fue darme el alta y, tras leer las últimas de Pedro de Paz, Salem y Tristante, he tenido una recaída. ¿Usted cree, doctor Hinderpollez, que si leo algo de Sánchez Dragó volveré a ser normal? Siempre suyo, un tal Gómez Escribano.
9 de julio de 2010, 14:57
Se nota que el hombre viene del mono,mas exactamente del mandril. Menos usted hildelberguer que debe ser extraterrestre de villaconejos.La loli.
10 de julio de 2010, 17:31
Al loro, creo que Belén Esteban iba en el Tren Negro. No somos na.
18 de julio de 2010, 14:18
Je je je. Yo me sé un chiste de ese que está agptado, va al médico y éste le dice: "a ver, cuénteme un día en su vida normal". "Pues verá, doctor, yo nada más levantarme le echo un polvo a mi mujer, luego, después de asearme, otro, luego, al llegar al curro, le echo un polvo a la secretaria, a la hora del desayuno le echo un polvo a la camarera..." "No me diga más, le interrumpió el doctor, usted está cansado de echar tantos polvos". "Menos mal, yo creía que era por las tres pajas que me hago antes de dormir..."
18 de julio de 2010, 21:06
El pavo de las pajas parece el protagonista del último truño de Muñoz Molina.
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