domingo, 19 de septiembre de 2010


Tras la propuesta lanzada hace unos días por Michael O'Leary, presidente de la compañía aérea RyanAir, de prescindir en los vuelos de la figura del copiloto con el fin de reducir costes y el desarrollo por parte de la firma italiana Avioninteriors de un prototipo llamado Skyrider que permitiría al pasajero viajar en una posición similar a la de una silla de montar —aumentando el espacio disponible para poder incorporar más viajeros en cada vuelo—, otros sectores están evaluando la posibilidad de implementar en sus respectivos ámbitos distintas soluciones que permitan optimizar los recursos empleados, aumentar el beneficio de sus balances y paliar los efectos de esta pertinaz crisis que nos asuela.

[Observen cómo goza la bella modelo con la propuesta del Skyrider. ¿Le habrán cambiado el asiento por una Sybian?]

De esta manera, la popular cadena de restauración Come and Calla ha decidido proponer a partir de la semana próxima el que sus clientes acudan a la red de establecimientos provistos de sus propios cubiertos —se estudia la posibilidad de ampliar dicha solicitud al vaso e, incluso, al mondadientes— a fin de reducir costes. También la prestigiosa firma del sector inmobiliario Ölmstron, Lindendorf, Von Ackerman & Povedilla iniciará en breve una campaña que, bajo el lema «Si Ikea puede, nosotros también», propondrá una nueva fórmula para solventar el problema del encarecimiento de la vivienda: las ofrecerá a mitad de precio en formato «embalado» —un pack que contendrá desde ladrillos, cemento y arena hasta materiales de interior— pero sin acompañarlos del correspondiente suelo, dejando el comprador el libre albedrío de escoger el lugar sobre el que asentarse —jardines, parques públicos, solares vacíos y demás lugares ocupacionales—. A su vez, la clínica El infarto alegre ofrecerá sustanciales descuentos en sus tarifas a todos aquellos pacientes que, al más puro estilo Faemino y Cansado —«a mí, un tío no me ve en pelotas»—, decidan intervenirse quirúrgicamente ellos mismos.

Por otra parte, algunos organismos del sector público han recogido el guante y han decidido poner en marcha sus propias iniciativas al respecto. Así, el Ministerio de Justicia ha remitido una circular a todos los juzgados del país en los que se recomienda eludir el costoso y dilatado procedimiento de «juicio y sentencia» sustituyéndolo por el más rápido y económico «regañina y colleja» —acompañado del disuasorio «patá en los huevos» para los casos en los que el delito sobrepase una cierta entidad— mientras que el Instituto Nacional de Empleo abogará por sustituir la tradicional tramitación del subsidio por desempleo por una gymkana en la que, organizados los licitadores en grupos de 150 y tras una serie de pruebas que ríete tú de la pista americana de los Marines, un único vencedor —«sólo puede quedar uno» será el lema— albergara el derecho a solicitar la mencionada prestación.

Seguiremos informando (si llegamos a fin de mes).

 

Comentarios

3 comentarios sobre "TODOS CONTRA LA CRISIS"

Paco Gómez Escribano dijo...
19 de septiembre de 2010, 12:18

El caso es que yo he leído en el periódico esta mañana que la compañía Cutre Air quiere dejar el interior de sus aviones como un loft, diáfano, vamos, y echar paja y serrín, ya que los usuarios no disfrutarán de servicios, un lujo en estos tiempos. En cuanto a los asideros, el sistema sería como en el Metro, barras a tutiplén p'a que el personal se agarre. Los aviones no aterrizarían en los aeropuertos, para evitar los costes; lo harían en descampaos de las afueras y que los viajeros se busquen la vida. ¡Dónde vamos a llegar!

Corso dijo...
20 de septiembre de 2010, 12:03

Viendo la propuesta de Skyrider, el futuro de la aviación pasa por las latas de sardinas.....todos de pie,apiñados y con un chorrito de aceite....eso si aceite de girasol, que es mas barato y no esta la cosa para gastos....jejejej

Miguel Baquero dijo...
23 de septiembre de 2010, 20:13

Vamos a acabar despegando como los aviones de los Picaprieda, sacando los pies por debajo del fuselaje y apretando a correr para despegar, y poniendo los talones para aterrizar

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