sábado, 20 de febrero de 2010


Abrimos hoy una nueva sección con la que pretendemos poner a disposición de los lectores una serie de enseñanzas con las que manejarse por la vida con una mayor solvencia. «Instruir deleitando» que se le llama a la práctica. No. No es necesario que nos den las gracias. Nosotros somos asín.


MÁS VALE UNA VEZ COLORAO QUE CIENTO AMARILLO


Capítulo I: Kill ‘em all (and let god sort 'em out)

Estimados alumnos, asistentes y congéneres varios. Bajo el edificante, certero y estimulante título de «Más vale una vez colorao que ciento amarillo» y con el didáctico espíritu del que enseña a pescar en lugar de regalar peces, iniciamos hoy una serie de consejos y disertaciones que nos ayudarán a adentrarnos en el delicado arte de la subsistencia en sociedad. Hoy en día, ahítos de corrección política, de buenrollismo exacerbado y de que nos las den todas en el mismo lado, es más que conveniente conocer y tener en cuenta una serie de pautas que nos ayudarán a desenvolvernos resueltamente en sociedad sin que esa circunstancia nos obligue a pedir perdón por ello a cada paso que damos. Mi sincero deseo es que, ultimadas las pautas de esta disertación, todos seamos capaces de hacer surgir la bestia que llevamos dentro. Y que algunos —a tenor de su aspecto— llevan incluso por fuera.

Planteamiento inicial

Primer dogma de fe a tener en cuenta: No hay nadie bueno. Olvidémonos de ese trasnochado e ineficaz axioma tan de moda en los ochenta de «Todo el mundo es bueno». Mentira podrida. En la sociedad actual, hasta el más hijoputa hace relojes de madera y le funcionan. Si, por principios, aceptamos en todo momento que, ante el menor incidente, las intenciones de nuestro interlocutor pudieran ser buenas y honestas, la primera ya nos la han clavado con todas las de la ley (y no precisamente en la frente). Los mundos de Yupi existen, pero en la tele. Lo nuestro es otra cosa. OJO. No se trata de ser malo. No se trata de sembrar perfidia y crueldad doquiera que vayamos. Esa no es la finalidad de esta disertación. Se trata de que, a través de un entrenamiento riguroso y continuado, adquiramos el hábito de ser más cabrón de lo que nuestro oponente será, aceptando con naturalidad y donaire la premisa de que, de forma inherente, lo es. Y, sobre todo, se trata de conseguir que el gesto surja de nosotros de manera natural y espontánea. Cuanto más rápida sea la capacidad de respuesta, mayor será nuestro índice de éxito. Es como el «dar cera, pulir cera» del profesor Miyagi pero aplicándolo al encabronamiento. Sé que puede parecer dificultoso pero os aseguro que, con el tiempo y una vez superados los recelos iniciales y vencidas las pacatas culpas que pudieran brotar de nuestra conciencia, el gesto terminará por brotar de manera natural, espontánea e incluso me atrevería a decir que elegante.

 

Comentarios

8 comentarios sobre "PANDEMONIO DE CAOS: UNIDADES DIDÁCTICAS"

Anónimo dijo...
20 de febrero de 2010, 13:15

De aquí a la guerra preventiva hay un paso,prefiero pensar que todo el mundo es bueno,aunque me gustaría llevar pistola por si alguien me mira mal pegarle dos tiros. Me he de tomar la pastilla que aún no me la he tomao ¿me se nota?. La loli.

María dijo...
20 de febrero de 2010, 19:56

Ahora entiendo lo del caos.

Un beso Jero.

alitina dijo...
20 de febrero de 2010, 22:06

¡Abajo el buenrollismo! Toi contigo. Toi macarra. :-)))

Miguel Baquero dijo...
21 de febrero de 2010, 11:52

Ser un cabronazo, en según qué medios, es una muestra de educación refinada.

Anónimo dijo...
21 de febrero de 2010, 11:59

Apreciado Peter, ¡deja INMEDIATAMENTE de leer las cosas que hace y dice Esperanza Aguirre! Es el demonio y, como dicen en mi pueblo, no un demonio cualquiera, sino el demonio cabrón. Observa cómo ya presentas síntomas menores de haber caído en sus garras ¡y sólo la habrás leído!
Saludos (muy, muy preocupados) de enrique

jerobibo dijo...
21 de febrero de 2010, 14:14

cuidao conmigo, ojo, avisaos vais, la primera unidad didáctica que cuelgue en este blog-panfleto va a ser sobre las rocas metamórficas

que luego no me venga nadie con lloros

jerobibo dijo...
21 de febrero de 2010, 14:15

ah, y la segunda sobre muchos que hay por ahí sueltos que van haciendo un daño, "los redimíos de la azá"

Anónimo dijo...
21 de febrero de 2010, 14:30

No estaría mal pegarle con una roca metamórfica a alguien en toel cabezo,a ese del dedo parriba por ejemplo.La loli.

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